martes, 18 de mayo de 2010

La Revelaciones y secretos oculto de Leonardo.


© Juan Luis Díaz Díaz

San Juan Bautista (Baco).
Óleo sobre madera, trasladado a lienzo.
Museo del Louvre.


       El secreto mejor guardado en el cuadro de San Juan Bautista ante nuestros ojos:

       La primera interpretación documental acerca de esta pintura de la colección real francesa de Fontainebleau, se describe como San Juan en el desierto, en 1625. Años más tarde en el mismo catálogo se reemplaza por el título «Baco en un paisaje». 

       En la figura, quiero destacar la expresión angelical de San Juan Bautista, su postura de tranquilidad o de espera, como si quisiera decir algo en su mirada y en sus gestos, señalando con su mano derecha la vara convertida en un tirso y sosteniendo con la otra un racimo de uvas, mientras su dedo índice señala al suelo o precipicio (se echa en falta el símbolo del crucifijo). Pies cruzados, símbolo de que ha pisado Tierra Santa y de humildad en los pies desnudos. En su cabeza, una corona de hojas de parra, en representación a Baco. La piel de pantera o leopardo gran observador por su cintura, dejando al descubierto el resto del cuerpo. 


© Juan Luis Díaz Díaz

© Juan Luis Díaz Díaz

© Juan Luis Díaz Díaz

       No deja de asombrar la perfección con que se forma esta imagen. Es por ello que estoy convencido de que Leonardo realizó este cuadro teniendo en cuenta el resultado que estamos observando. La luz que desprende la imagen, símbolo de la divinidad, de la vida, de la verdad, de la iluminación, de la nueva vida… La túnica que lo cubre como símbolo para ocultar la verdadera naturaleza del hombre, a la vez que esta revela al hombre verdadero. Esa luz que sale de ambos lados de sus hombros representando las alas, significando divinidad y seres sobrenaturales. La mano derecha que desplaza para no cubrir el resultado final...





© Juan Luis Díaz Díaz

miércoles, 17 de febrero de 2010

Las Monedas de Judas

Las revelaciones de Leonardo Da Vinci:

No hay que negar la fuerza que desprenden las obras de Leonardo, admiradas tanto por su belleza como por sus significados ocultos. Son muchas las opiniones, más bien personales, que se han dicho del mural de Milán: concretamente quiero destacar ahora esa parte en forma de «V», de la que se han hecho dispares deducciones, el símbolo de lo femenino, una «M» de Magdalena, un espacio donde falta otro personaje como el apóstol número 13..., y algunas otras deducciones.

En mis estudios descarto cualquiera de las que se han hecho, pero creo que, en verdad, lo que marca la columna es la mitad. Si observamos los dos puntos que se encuentran en ambos lados de la columna divisoria, realizando dos trasparencias como en procesos anteriores y colocándolas juntas, una en sentido contrario a la otra, llegando hasta el punto en que la columna se convierte en el eje central, el resultado es sorprendente:



Judas recoge las monedas de Jesús. En Juan 13:29 leemos: «Algunos pensaron que, como Judas tenía la bolsa, le decía Jesús: «Compra lo que necesitamos para la fiesta» o que diese algo para los pobres». Pero no es todo: las miradas se cruzan entre sí mirándose el uno al otro. Y, sobre todo, hay un estudio de manos de Leonardo que representa esa misma acción.